Se reunieron Sarkozy y Merkel para aprobar un plan en defensa del capitalismo, que sigue temblando gracias a la excelente contribución que el liberalismo hizo.
Y es que gracias a los imbéciles de los liberales, nos han quitado de encima todo el trabajo. En realidad, la URSS nunca debió siquiera enfrentarse a EEUU, simplemente tendría que haber dejado pasar tiempo, y ellos solos se construyen el mausoleo y se tiran al foso.
El problema es (y aquí también falló el marxismo, y es tarea pendiente del Nacional Bolchevismo construir), qué hacer ahora.
Estamos en un momento ideal para construir un modelo alternativo al capital, pero la masa borreguil y temerosa sigue siendo sumisa ante la amenaza de perder sus preciadas cadenas: la hipoteca, préstamos personales y un salario miserable.
Es trabajo para los próximos meses, el explicar a la masa una vez más el porqué de esta crisis.
Lo más gracioso es ver estos días en todos los medios de comunicación, a los payasines liberales diciendo que esto ya lo veían venir, cuando hace apenas unos meses su estúpido cerebro no daba de sí y para lo único que servía (que es para lo único que ha servido siempre) es para gritar su lema: Libre Mercado, No intervención, Viva el dinero.
Un lema que, no se porqué, me recuerda mucho a aquel Un Pueblo, un Imperio, Un líder, del nazismo.
domingo, 12 de octubre de 2008
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2 comentarios:
Hola, Gerardo.
No creo que el marxismo haya fallado. El problema es que nunca se ha aplicado de manera correcta. La revolución francesa (el inicio del liberalismo en Europa) duró 10 años, mientras que la revolución bolchevique (el primer intento marxista) duró 74 años. Los primeros pasos siempre son difíciles, pero esto ya sugiere que lo hicieron mejor los marxistas que los liberales.
El gran problema de los países supuestamente "comunistas" es que sustituyeron el capialismo por el estatalismo (o capitalismo de estado). Los obreros pasaron de ser explotados por el patrón, a serlo por el estado. Un estado controlado, no por el pueblo, sino por una oligarquía política preocupada más por sus propios intereses que por la nación. Es el mismo problema que tuvieron los estados fascistas, que fracasaron en un auténtico proceso de socialización de los medios de producción.
La alternativa al capitalismo es un atuténtico sistema socialista, donde reinen la autogestión y la autarquía, y solo existe una clase social: el trabajador, sin parásitos que se aprovechen de su sudor.
Un saludo.
Post data:
Se me olvidaba decir que, por lo demás, estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Es increible que en estos momentos no se alcen voces que propongan un modelo alternativo al capitalismo, pero la sociedad está tan alienada...
Renovados saludos.
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